La importancia de utilizar cuchillos afilados

Los cuchillos de nuestra casa, tras muchos usos, pierden el filo. Posiblemente, y más si no solemos utilizar estas herramientas a menudo para menesteres más delicados, no nos demos ni cuenta, pero es más peligroso de lo que parece. Un cuchillo poco afilado es más propenso a originar accidentes que uno poco afilado. Todo el mundo tiende a pensar que cuando un cuchillo está muy afilado hay que tener mucho cuidado con él, y es verdad, pero cortar con él es una auténtica maravilla. Y digámoslo claro, si te cortas con un cuchillo muy afilado, debes ser un poco «manazas». Entiéndeme, siempre hay accidentes, pero cortar con este tipo de menaje bien afilado, es como cortar mantequilla.

Por otro lado, utilizar un cuchillo poco afilado es una operación de auténtico riesgo. A todos nos ha pasado el incidir, e incidir, e incidir para cortar un alimento un poco más duro de lo normal, que se resbale el cuchillo y cortarte un dedo, o incluso la mano. Y es que cuando no está muy afilado, el cuchillo puede convertirse en un arma fatal. Esto se debe a que lo utilizamos mal, porque no corta. Ejercemos más presión y realizamos movimientos que no son muy diestros, lo cual contribuye a favorecer los accidentes.

Por eso, un cuchillo poco afilado es más peligroso que uno que corte demasiado bien. Pero, ¿qué hay que hacer para afilar un cuchillo?

¿Cómo afilar un cuchillo en casa?

Existen muchas maneras de afilar un cuchillo en casa. Como por ejemplo, con:

  • Piedras al agua: Requiere más destreza que el afilador manual o eléctrico, pero otorga excelentes resultados. Para filar cuchillos con piedras, necesitarás dos: la primera para vaciar la hoja del cuchillo, desgastarla hasta recobrar el ángulo apropiado y otra más para afilar o afinar la hoja. Con el ángulo adecuado y con las dos manos, deberás pasar el cuchillo sobre la piedra con movimientos para que haya fricción con toda ella.
  • Chaira: También es muy buena idea pasar tus cuchillos por la chaira antes de cortar ya que quitará las pequeñas imperfecciones que han quedado en la hoja del corte anterior. Cada corte va dejando pequeñas mellas en la hoja (que apenas se notarán) y la chaira ayuda a emparejar el filo y quitarlas.
  • Afilador: Afilar cuchillos con un afilador es lo más fácil del mundo. Solo tienes que pasar la hoja del cuchillo por las aberturas que tienen los afiladores trayendo la hoja hacia ti. Primero se pasa por la abertura más gruesa para desgastar la hoja y recuperar el ángulo de la hoja del cuchillo quitando las posibles imperfecciones y luego, para finalizar se pasa por la lado más fino.
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